Glendronach 12

 La anécdota

Glendronach se volvió una especie de marca de culto desde que Billy Walker fue su master distiller. Cuando vendió sus marcas a Brown-Forman fundó Glenallachie, que también es una marca de culto en la actualidad y de la cual ya he reseñado su expresión de 15 años en este blog.

Desafortunadamente, conocí esta marca años después que el Sr. Walker la vendiera y quedara como master distiller Rachel Barrie. Digo desafortunadamente porque me hubiera gustado probar el whisky diseñado por Billy Walker, pero eso no quiere decir que el de Rachel sea menos bueno. Eso lo verás más adelante.


Conocí a la marca en The Whisky Shop de Londres allá por el 2019, donde, después de probar varios whiskies, me decidí por el Glendronach 12 y el Highland Park Twisted Tattoo que reseñé el 9 de junio de 2021. 

Cuando regresé a México, estaba orgullosísimo de mis compras y abrí primero el whisky que hoy reseño y… acá viene el spoiler: me encantó.

Durante varios meses me fui “chiquiteando” la botella, porque tenía la idea de que ese era uno de esos whiskies que nunca iba a llegar a México. Pero ¡Oh, sorpresa! Un día haciendo el súper, me lo encuentro y ¡más barato que en Londres!

Antes de hacer la compra, investigué dónde más lo vendían y aparentemente estaba disponible por todos lados. Entonces decidí llevármela tranquilo, y no comprar, con la confianza de que ya se podía conseguir en mi país.

Pero el gusto me duró poco.

Resulta que los inventarios se empezaron a agotar y se volvió algo difícil encontrarlo, por lo que, en cuanto pude, me fui a comprar una nueva botella.

Nunca más he vuelto a ver un Glendronach en México, desafortunadamente.

El Whisky

La botella que hoy reseño la tengo guardada desde el 2020. Viene en una botella de 700 ml, con color natural y sin filtrar en frío. Está embotellado a 43% ABV.

Está añejado en una combinación de barricas exjerez Pedro Ximénez y Oloroso, aunque en ningún lado he encontrado en qué proporción se hace esto y si el añejamiento se hace completamente en barricas exjerez, o si hay algo de barricas de roble americano.

No hay que dejarse llevar por eso del “Glen”, que pudiera hacernos suponer que se trata de un Speyside. Nada de eso, Glendronach es un Highland Scotch Whisky.

La botella que hoy reseño fue embotellada el 13 de diciembre de 2018 y la fecha y lote vienen impresos en la parte inferior de la botella.


La reseña

Utilicé la copita de jerez Riedel y dejé reposar el whisky en copa durante 15 minutos.

Vista: Colo oro viejo, con tonos anaranjados. Viscoso, las lágrimas bajan muy lentamente por la copa.

Nariz: Dulce, resalta el jerez y después azúcar moreno, dulce envinado, algo de cuero y tabaco. Madera, fruta compotada, tal vez fruitcake. Tiene un toque cítrico, miel y al final una nota perfumada muy agradable.

Boca: Cremoso, dulce, especialmente miel, algo de ciruela pasa y nuez, ligero picor en la lengua. Vino de jerez, pero no se alcanza a notar bien cuál. Algo de vainilla. Muy balanceado.

Final: Largo, ajerezado, dulce, algo de nuez y con una nota cítrica, un poco de madera, es astringente.

Considero que no necesita agua, pero por amor al arte le agregaré unas cuantas gotas.

Nariz: La nota a cuero se acentúa, ciruelas pasas, jerez, algo de cereal, sigue siendo una nariz muy dulce. Aparece una nota a miel fresca, como cuando recién destapas el bote. Fruta cocinada y al final aparece la nota cítrica.

Boca: Se hace un poco más ligero, pero sigue siendo cremoso, dulce, jerez, miel, vainilla, astringente. Aparece algo de chocolate, dulce envinado.

Final: Se acorta un poco, miel, la astringencia se reduce, pero ahí sigue. Ligerísima nota amarga. 

Conclusiones 

Let’s cut to the chase, como dirían los gringos: Desde ya es mi single malt favorito de 12 años. No hay duda, no hay más, pero como siempre, es mi muy personal opinión.

Muy bien hecho, balanceado, es una total y absoluta delicia. Un verdadero sherry bomb que es  sumamente fácil de tomar y recomiendo tomarlo solo, sin agregar agua.

Sería interesante probar otras encarnaciones, como la original de Billy Walker o las nuevas, que, aunque conservan el color natural, ya vienen filtradas en frío.

Es una verdadera lástima que Brown-Forman haya decidido traer sólo un lote a México, aunque se les agradece enormemente. Ojalá y reconsideren y en un futuro lo vuelvan a traer, después de todo, si siguen importando un whisky como Benriach ¿Porqué no este?



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