El Whiskero

 La Anécdota Como es normal, previo al Día del Padre las tiendas se llenan de edecanes y demostradoras que promueven todo tipo de bebidas alcohólicas… y yo fui víctima de la de Bushmills, claro, después de haber probado amaretto, tequila y mezcal de las demás que se encontraban en la tienda. Es importante decir que esta chamaca estaba bien capacitada en el tema del whisky irlandés y pudo informarme bastante bien de su producto, claro, resaltando tooodas sus bondades y “echándole mucha crema a sus tacos”… La muestra que probé en la tienda me gustó y después de saber que tenía descuento, me lo regalé. El Whisky De acuerdo con la gente de The Whisky Exchange, el Bushmills 10 es el whiskey irlandés de referencia. Como todos los whiskeys irlandeses, tiene una triple destilación en alambiques de cobre, previo a esto, es macerado por más de 60 horas en toneles de madera de pino. Está añejado por un mínimo de diez años en una mezcla no definida de barricas exbourbon y exjerez. La presentación

  OK, OK, este post no es sobre una cata regular de whisky… de hecho se trata de cómo realmente tomamos el whisky y de los buenos momentos que pasamos tomándolo… Hoy le tocó al Bushmills Black Bush , que es el whisky de entrada para la gama de esta marca. Es la segunda botella que tomo del mismo… ¡pero eso no importa! El caso es el momento en que lo tomas… y cómo lo tomas. Hoy tocó tomarlo en una comida casual con mi esposa… si por casual entiendes un top sirloin, acompañado por un Ribera del Duero joven, en una tarde sin hijos… Este Bushmills se tomó tanto antes como después de comer, es importante decir. Antes de comer resulta ser muy agradable, frutal, con notas de frutas tropicales y durazno. Funciona muy bien con un queso tipo provolone y, aunque no lo creas, con unas croquetas de jamón serrano. Es importante decir que toda la comida fue aderezada por música de Helene Fischer , cantante alemana popera que no le pide nada a nadie… y por nadie me refiero a ¡¡¡NADIE!! Pero bueno… De