Visitando destilerías 3: Benromach

La Anécdota

Benromach fue la última destilería para la que hice reservación. El proceso fue muy personal, ya que mientras en otras todo se hace en la sección Distillery Tour en sus páginas web, aquí la cosa se soluciona con un correo electrónico y ya pagas la visita al llegar a la destilería. La verdad, dentro de toda la “impersonalidad” que hay al hcer todo vía web, esto se me hizo lo más cálido y personalizado de mi trato previo con las cuatro destilerías que visité en Speyside.


La destilería se encuentra en un punto intermedio entre las ciudades de Elgin e Inverness, ya casi saliendo de la región de Speyside, pero, por un pelín, mantiene la denominación.

Llegar a la destilería es todo un show, ya que tienes que salir de la carretera principal y tomar caminos secundarios, varios de ellos de terracería y pasar por en medio de campos sembrados de cebada y otras cosas. Realmente, la Flowers y un servidor nos encomendamos a San Waze y ¡que nos hiciera llegar con bien! Porque el camino parecía no llevarnos a ningún lado.

Fue un alivio salir finalmente a una calle más o menos bien y ver que la destilería ya estaba cerca.

Aquí el paisaje es netamente industrial, ya que la destilería está rodeada de bodegas y talleres de maquinaria, a diferencia de otras destilerías donde el paisaje y el campo ayudan a crear un entorno encantador.

Sobre Benromach

La destilería fue fundada en 1898 y es propiedad de Gordon & MacPhail, el famoso embotellador independiente que tiene su base en la ciudad de Elgin.

La idea de la empresa es producir whisky de manera tradicional y, según ellos, artesanal, por lo que utilizan cebada local, la cual es malteada con algo de humo de turba.

Su producción es bastante limitada, por el tamaño de la destilería, pero aún así se las ingenian para ofrecer un buen número de expresiones: 10, 15 y 21 años. Ediciones vintage a cask strength, una expresión de 40 años y expresiones elaboradas con cebada orgánica e incluso tienen un ahumado, el Peat Smoke.

La Destilería

En realidad es una destilería bastante pequeña y, por su ubicación, tampoco recibe muchos visitantes. En nuestro grupo éramos tres personas: Una francesa, la Flowers y un servidor. Antes de nosotros no había habido tour y después de nosotros llegó una pareja.

Te reciben en el Visitor Centre, donde revisan que estés anotado para el tour, lo pagas en el momento y puntualmente inicia la visita.

La gran ventaja de esta visita es que se prestó a hacer muchas preguntas y ahondar en temas en los que tenía duda… además que la visita se hace más rápido.

Tuvimos la oportunidad de conocer la tina de mezclado (mash tun) de 1.5 toneladas cubierto con un domo de cobre, donde se produce el wort que luego pasa a alguno de sus 13 tanques de fermentación, los cuales son todos de madera de alerce ya sea europeo o escocés.

En lo que refiere al proceso de destilación, éste se hace por medio de los dos únicos alambiques con que cuentan con cuello recto y con condensadores que se encuentran en la parte exterior del edificio. Aunque los vi de buen tamaño, me pareció increíble que se pudiera producir el suficiente whisky como para vender en varios países.

De ahí se pasa al llenado, el cual se hace directamente en barriles exbourbon, específicamente de Jim Beam. Usan la barrica tal cual, aparentemente no lleva ningún proceso adicional previo, como en otras destilerías donde reparan, adecúan o queman el interior de las barricas.


Posteriormente visitamos la bodega. Creéme ¡no tienes idea lo rico que huele! Pudimos compartir algo del Angel’s Share.

Realmente no es una bodega grande, pero tiene la peculiaridad que en la parte delantera de la misma tiene barricas añejando whiskies desde hace muchos años, yo creo que se trataba de whiskies que serán comercializados en algún momento como single barrel, porque sólo había uno de cada año.

Quisimos tomarnos una foto con la barrica del año en que nos casamos (el 2000), pero no fue posible ya que “estaba muy adentro” y por los altos niveles de alcohol en el aire, era peligroso tomar la foto, por lo que tuvimos que conformarnos tomándonosla junto a la barrica del año de la visita: el 2022.

Al final, como es costumbre, pasamos a la degustación, donde nos ofrecieron las expresiones de 10 y 15 años. En este punto tuve que verme muy prudente, ya que ese día visitaríamos también Inverness y el Lago Ness y con eso de que las penas por conducir alcoholizado son muy, muy severas en Escocia… pues me tuve que quedar un poco con las ganas, ya que la Flowers no se atrevía a manejar en caminos tan rurales.


Como sea, me guardé el driver’s pack y compré dos botellitas: una de 10 años, para mi cuñada y otra de 15 para mí, que es la que me gustó más. Evidentemente tienen expresiones más exclusivas, pero al no conocer bien la marca, decidí comprar las dos de entrada.

¿Vale la pena visitar Benromach? Por lo personalizado de la visita sí o sí te gusta mucho la marca.

¿Y el whisky? En la próxima reseña lo sabrás.


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