Reseña rápida de dos expresiones de Kavalan.

 Hoy fui a curiosear al Palacio de Hierro en Perisur (CDMX), porque empieza esa época en la que ponen los whiskies de rebaja o con meses sin intereses y pues, hay que ver “que se le pude pegar a uno” ¿No?

Bueno, el caso es que subiendo al área Gourmet de la tienda, tuve que rodear un bar que pusieron en uno de los pisos (todavía no entiendo el porqué de ponerlo ahí, pero bueno) y en él tenían exhibidos varios whiskies Kavalan, que son esos Single Malt taiwaneses de los que se lee tanto en la web y de los que existe tanta reseña poniéndolos como algo extraordinario.

Motivado, me apuré a llegar al área de vinos y licores para encontrarme con que no los vende la tienda… o sea… ¿cómo? ¿Los tienes en tu bar pero no se los vendes al público? Claro que esto es algo que no sorprende en ese tipo de tiendas departamentales donde te venden la impresora, pero no los cartuchos o donde te venden la pluma, pero no los repuestos… así funcionan estos canijos. Acá te venden la copa whisky en el bar, pero no la botella…

Pero ya estando ahí y rompiendo esa máxima de que beber solo es de borrachos, decidí apoltronarme y pagar una lanita por un par de copitas de Kavalan. Uno era el Sherry Cask Finish y el otro el Port Cask Finish.

Primero probé el Port Cask Finish, para lo cual la bartender tuvo que abrir la botella. Me lo sirvió solo en un macro-mega vaso old fashioned, para lo cual no pude olfatearlo bien, pero lo que se alcanzó a percibir era bastante agradable, nada alcoholizado.

El vasote!

En boca me pareció casi como un Macallan de los añejados, con ese perfil de sabor que, aunque bastante astringente, tiene mucho sabor a nueces, dulce envinado, frutas maduras y es un poco especiado. El final me resultó amargón.

Después vino el Sherry Cask Finish y he de decir que fue el que debí probar primero, ya que es mucho más ligero, afrutado, dulce, con algunas notas florales y de dulce envinado. Igualmente es astringente. El final me pareció más rudo, alcoholizado, pero ahí es justamente donde sentí la barrica de jerez.

El final es largo… ya no sé de cuál de los dos, porque seguía sintiendo el retrogusto del whisky al llegar a la oficina, o sea, unos 15 minutos después.

Con lo que probé, me quedo con la impresión de que el Kavalan es de esos whiskies que son para disfrutar una copa a lo largo de una sobre mesa, pero nada más una, porque si te sigues de largo, te puede llegar a saturar por el nivel de sabor que trae... y eso que nada más viene a 40 grados ABV.

Como conclusión, te puedo decir que estas dos expresiones que probé son muy ricas y que valdría la pena invertir en una botellita. El chiste es ver dónde se puede comprar en México, pero, por ahora, es buena señal haberlo visto disponible en un bar.