Caol Ila 1999, embotellado por Gordon & MacPhail

Entre los botellines que compré el otro día, está el Caol Ila 1999 Connoisseurs Choice, añejado y embotellado por Gordon & MacPhail en 2013 y es del que te voy a platicar hoy, a sugerencia de mi amigo Edmundo en el grupo de El Whiskero que tenemos en Facebook.

Gordon & MacPhail es una empresa que se dedica a buscar barricas con características específicas para luego madurar whiskies que compra a diversas destilerías en Escocesas. Esta casa se precia de conocer perfectamente qué barrica le va a qué whisky y por cuántos años se puede añejar hasta encontrar su punto ideal. Tienen varias líneas de productos, entre las que se encuentra la de Connoisseurs Choice que es la “de entrada” a su colección, aunque es importante decir que ninguno de los whiskies de esta casa muy barato que digamos…



En el caso de este Caol Ila se trata de un whisky destilado en 1999 y embotellado en 2013 o sea que tiene 14 añitos. A esto hay que sumarle los 8 años que se ha pasado en la botella. También es importante decir que está embotellado a 46 grados de alcohol y está añejado en una mezcla de barricas de jerez de primer y segundo llenado. No está filtrado en frío y su color es natural. Por todo lo anterior es un whisky que promete, ahora veamos si es cierto…

Para este post, seguimos la máxima de dejar reposar el whisky en la copa un minuto por año de añejamiento y le añadí un minuto más por cada año que pasó en la botella, esto para dejarlo respirar lo más posible. La copa que elegí para esta ocasión es la de jerez, ya que la boca es más amplia que la del Glencairn y te permite beber y oler al mismo tiempo.


A la vista, tiene un color pajizo, semejante al de un vino blanco ¿Tal vez un Chenin Blanc? Se ve aceitoso, las piernas tardan en bajar.

En nariz se percibe un aroma a turba, pero no es fuerte, es dulce. Es perfumado, algo floral y, después de esforzarse un poco, algo de fruta. Me gusta, a pesar de los 46 grados, no te da golpe de alcohol.

Ahora, al probarlo lo primero que me llega es el sabor a turba, algo de ceniza, luego pasa a un dulzor ligero y pica la lengua al final. No se siente especialmente aceitoso, es más bien ligero. En un segundo sorbo te llega el dulzor del jerez, pero acaban ganando los sabores a turba, humo y a tostado ¡Las especias se disminuyen significativamente!

El final es medio y el retro-gusto es amargón, pero nada del otro mundo y algo de ceniza fría.

Con unas cuantas gotas de agua el aroma cambia totalmente ¡ya no parece un whisky de Islay! Se vuelve mucho más frutal, aparece el aroma a miel y algo de vainilla. En boca la turba desaparece, pero persiste el sabor ahumado. Llega un sabor como a algo artificial, tal vez plástico, pero esto no quiere decir que sea malo. El final es dulce y mucho más agradable que cuando lo tomas solo. Se vuelve un whisky más genérico con agua.

Mi opinión es que es un whisky rico, disfrutable, pero nada extraordinario para lo promete la marca de Gordon & MacPhail y tendría que compararlo “face-to-face” con otras expresiones de Caol Ila, sin embargo creo que tiene valor como coleccionable. Es de esos whiskies que ya son difíciles de conseguir a nivel mundial y que si te lo topas, valdría la pena tener una botellita. En México tenemos la oportunidad de comprar el botellín de 50 ml y creo que hay que aprovecharla mientras haya.




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