Maker's Mark

 El bourbon me gusta por varias razones, la primera y más infantil de todas es porque siempre me ha parecido ser la bebida por excelencia de los vaqueros del lejano oeste y tal vez por esa misma razón me gusta tanto la botella de Jim Beam, que se me figura sacada de algún Saloon de Dodge City o Boot Hill. 

Pero hay otras razones más maduras que por las que me gusta también: 

1. Su color, que siempre es natural y es impartido por el tiempo que pasa el líquido en la barrica.

2. El nivel de alcohol con que se embotella, normalmente a 45 grados ABV, que siempre le da un sabor definido y no necesariamente alcoholizado.

3. El que se usen siempre barricas nuevas y tostadas, lo que también permite que la madera aporte mucho al sabor del producto final.

Y bueno, como podrás suponer, hoy le toca reseña a un bourbon que históricamente me ha gustado: El Maker’s Mark, marca que forma parte el grupo de Jim Beam, por cierto, y el cual he mencionado en algunos posts antiguos de este blog. Como que ya le tocaba un update ¿No?


En particular el Maker’s, como empaque, tiene una característica que lo hace único entre los bourbons y es que viene sellado con cera de fábrica, además de una botella que me gusta, pero que, tristemente, no parece sacada de una película de vaqueros. Con eso del sello de la cera, se te garantiza que no encontrarás dos botellas iguales, ya que la cera líquida se escurre de manera caprichosa sobre la botella.

Este bourbon se destila usando la siguiente mezcla: 70% maíz, 16% trigo rojo de invierno (red Winter wheat, por si me ha fallado la traducción) y 14% cebada malteada y luego se envejece en barricas de roble carbonizadas por un periodo de entre cinco y ocho años.

En seguida te cuento cómo le fue en esta última cata...

Es un whisky color ámbar oscuro y no se ve muy espeso.

En nariz tiene aromas dulces que van pasando por la mantequilla, el caramelo, jarabe de maple, a la miel. Si lo agitas un poco “se calienta” con algo de especias y aparecen aromas a nueces y uno ligero a cuero. Es un aroma bastante rico.

En boca es ligeramente aceitoso, dulce, acaramelado, tiene mantequilla, vainilla, un ligero especiado, algo de limón, miel. El final es medio-largo, dulce y agradable, con un retrogusto a avellanas y después de un par de minutos se vuelve bastante astringente. Es rico sentir después de un rato las avellanas.

Vamos a ver qué tal con un chorrito de agua fría.

El aroma se vuelve terroso, pero como de tierra mojada, se acentúan el cuero y la miel, aparecen aromas cítricos y a caramelo. En boca se siente un poco más el alcohol, pero sigue siendo dulce, tal vez más a caramelo, vainilla y miel. El final es mucho más dulce, sintiendo más la vainilla, pero mezclada con un ligero retrogusto avellana.

El Maker’s Mark es un whisky muy rico de tomar, dulce, dulce, que me sigue gustando mucho. Es un clásico y hoy en día puede percibirse como uno del montón, pero no hay que dejarse engañar por marcas más “premium”. Este whisky cumple, y lo hace muy bien.

Se puede tomar solo, esteeee… no, SE DEBE tomar solo. También lo puedes tomar on hielo o mezclar en algún cocktail, como el típico Mint Julep o con Coca-Cola, pero esta última opción no me parece que le haga mucha justicia. Tal vez sea un poco más sencillo que el Buffalo Trace, pero es mucho más fácil de encontrar en tiendas, al menos en México.

El precio ronda los $ 450 MXN (23 USD), por lo que considero es bastante accesible.

¿Te lo recomiendo? ¡Definitivamente Sí!




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