Después de casi dos años, un poco sobre el bourbon.

Pues me pasó lo que a muchos... casi todos. Empecé el blog y derrepente, se quedó con dos míseras entradas ¡desde el 2011! En fin, mal de muchos, consuelo de... bueno, pues ahí le dejo.

Durante estos casi dos años de no escribir nada, me pongo a pensar en qué pasó... bueno, probé una cantidad interesante de nuevos whiskies que no conocía, o que sabía de su existencia pero no había probado. Mi esposa empezó a beber vino, lo cual nos trajo unos muy agradables "wine fridays" y  decidí bajar de peso. En esto último llevo casi dos meses y más de 4 kg perdidos, claro que a costa de dejar casi completamente el producto que da la razón de existir a este blog. En fin.

Una clase de whisky que extraño especialmente, porque me remonta a mi niñez es el bourbon, o el whiskey que pedían los vaqueros en las cantinas. Tengo un afecto especial por el Jim Beam, especialmente el etiqueta negra, que está añejado por 8 años y realmente es una cosa maravillosa, especialmente tomado en las rocas. Sin embargo, existen otras marcas que me han parecido bastante buenas.

Una de ellas es el Makers' Mark, que también produce Beam, pero que tiene una graduación alcohólica más alta. Al tomarlo solo, el cuerpo siente lo que recibe, es fuerte, pero dulce y ya con un poco de hielo o agua se torna delicioso. Siempre está la opción de ponerle Coca-Cola, con lo que está muy bueno (y no me parece nada naco tomarlo así), eso sí tiene que ser de la tradicional y no de la de dieta, que nomás echa a perder cualquier bebida en mi opinión. En un futuro espero escribir más a detalle sobre esta marca.

También está el Early Times, que es bastante barato, de batalla y que sirve para acompañar una buena carne asada con los amigos. Hay que tener cuidado con él, ya que es de esas bebidas que te puedes ir tomando sin sentir que te estás poniendo jarra. Sí hay una diferencia con otros bourbon, pero está bueno para salir del paso.

Finalmente está el Woodford Reserve de Labrot & Graham. Esta botella me duró alrededor de 10 años y no porque esté malo... para nada! Lo que pasa es que no lo había en México y me lo había estado guardando. Era algo así como un souvenir de cuando estuve en el mismísimo Louisville, Kentucky, en el corazón de la zona productora de bourbon. Realmente me lo terminé cuando lo vi en la Europea y en otras tiendas semejantes. En este caso, se trata de un bourbon diferente, más fino que los que ya mencioné anteriormente, pero es menos dulce, sabe más a madera y bueno, al igual que los whiskies de Islay y de Skye, no es para todos. Déjenme comprarme una nueva botella y les platico mis impresiones.

Sirva esto para retomar y relanzar a El Whiskero y estaremos escribiendo con más frecuencia!

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