A Night on Earth - Jerez

 Ha llegado la hora de despotricar un poco…

Si has leído este blog, te habrás dado cuenta que soy fan de alguna marcas de whisky, entre las cuales se encuentra The Macallan.

De hecho, he reseñado más expresiones de esta marca que de ninguna otra y, con honrosas excepciones, he visto que éstas no llegan a estar a la altura de las expectativas que uno pueda tener… o tal vez tu servidor se haya vuelto demasiado exigente… o mamón.

Yo creo que ninguna de las dos anteriores aplica. La realidad es que The Macallan se ha enfocado en esa cosa que ellos llaman “la experiencia” y obvio, en explotar lo coleccionable de su marca.

También creo que al no poder ofrecer whiskies de mayor calidad por el volumen de ediciones especiales “coleccionables” que esperan ganen valor con el tiempo y que se vean bien en un bar o en un área destinada a presumir los destilados, han apostado por desarrollar empaques llamativos, con buen diseño y de una excelente calidad.

Pero al final de cuentas, el empaque vale madres y lo que importa es el líquido que está dentro de la botella.

Y con esto llego a la botellita que te reseño el día de hoy…



The Macallan A Night on Earth – Jerez.

Por tercer año consecutivo he “caído en la trampa” y me he comprado la edición de este año.

¿Qué se puede decir del empaque? Tal vez sea el que tiene el arte más bonito de las tres ediciones que se han sacado hasta ahora y uno de los empaques más bonitos, si no es el que más.

¿Y del líquido? Bueno, como es normal con esta marca, el color es natural, cosa que se sigue agradeciendo infinitamente Y que viene embotellado a 43% ABV, en lugar del habitual 40% del core range. Seguro trae algún tipo de filtrado.

Es un whisky madurado en una combinación de barricas de roble europeo y americano sazonadas con vino de jerez, en una mezcla no determinada de Pedro Ximénez y Oloroso, aparentemente se utilizaron más de este último. También se utilizaron en el añejamiento una mezcla (tampoco determinada) de barricas de primer y segundo llenado.

La cata

Utilicé mi copita Riedel, no me atreví a utilizar la nueva que me regaló mi esposa hasta que me familiarice un poco más con ella. Dejé reposar por 15 minutos.

Vista: Color natural, color rojizo, tipo moscatel. Buena viscosidad.

Nariz: Vinosa y achocolatada. Frutos secos y algo de cítricos. Algo de anís y madera. Algo de pastelillos tipo twinky. Nota fresca. Al final aparece esa nota a uva que se menciona en la caja. También tiene una notilla a hoja de libro de biblioteca.

Boca: Suave, accesible. Ligero. Envinado, obvio tipo jerez… frutas secas y algún tipo de nuez, tipo de castilla. Un poco cítricos y chocolate. Con todo, me parece simplón.

Final: Sorprendentemente largo para un NAS. Envinado, mezcla de dulce y amargo. Cítricos, algo astringente.

Con unas gotitas de agua.

Nariz: Se vuelve mucho más fresco. La notilla a pastelillo se hace más evidente. Algo de cuero. Se hace más frutal y sí, ahí siguen las nota a anís y uvas, pero algo más escondidas. Nota perfumada muy agradable.

Boca: Muuuy ligero, tal vez demasiado. Por lo demás, es semejante a tomado solo: Envinado, achocololatado y algo cítrico. Bastante frutal y ajerezado.

Final: Sigue siendo largo. Envinado, mucho más astringente, frutos secos, cítricos.

Después de varios minutos te viene el recuerdo a chocolate amargo. Delicioso.

Conclusiones

Me ha gustado. Tal vez sea el mejor de la serie A Night on Earth y creo que le dieron en el clavo al concepto que se le quiso dar a esta expresión, siendo un homenaje a Jerez de la Frontera y a la tradición española del año nuevo. Todo esto muy bien, en verdad muy bien. Es un producto muy bien diseñado, desde el empaque hasta el líquido.

Peeero…

Es un whisky con una nariz rica, complejona. Pero en boca se siente simplón, tal vez demasiado ligero (ojo: no aguado) para mi gusto que, eso sí, te entrega lo que te promete en la caja, pero no mucho más.

Me llama la atención la nota achocolatada, que para mi es muy evidente, tanto en nariz como en boca. A lo mejor esa nota a “Pastry” que mencionan se refiere a pastelillos de chocolate. 

También agradezco ese final largo. Eso de seguir saboreando el whisky después de un rato es una verdadera delicia.

Dicho lo anterior este whisky se toma solo, sin diluir, ni siquiera con unas gotitas de agua. No hay más.

Y sí, lo recomiendo pero, al igual que con muchas otras expresiones y ediciones especiales de Macallan, me parece un whisky demasiado caro para lo que es, sobre todo porque es bastante simple en boca. Realmente te están cobrando más el empaque que el líquido.


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