Otro Glenfarclas que se me acaba...

 Hace 7 años escribí en este blog sobre un Glenfarclas 105 Cask Strength del que me enamoré. Tanto me gustó que quise probar otras expresiones de esta marca y tenemos la suerte de encontrar en México al menos el 12 y el 15 años. Y digo “tenemos la suerte”, porque aún cuando México es uno de los principales consumidores de whisky en América Latina y también uno de los principales consumidores de marcas Premium de whisky a nivel mundial, la variedad de marcas es bastante limitada. Encontramos marcas que traen prácticamente su gama completa como Macallan o Glenmorangie, mientras que otras, como Glenfarclas traen apenas dos o tres expresiones.


El Glenfarclas del que te hablo hoy fue comprado hace ya unos añitos y está a punto de terminarse. Tuve la mala suerte de que se me rompiera el corcho del tapón el mismísimo día de su apertura. Cuando lo servía, tenía que utiizar un colador para atrapar los pedazos de corcho que salían y nunca se vió muy padre el pedazote de corcho dentro de la botella.


Pero no por eso la iba a tirar ¿verdad?

Durante algún tiempo tapé la botella con un corcho de vino, hasta que se me terminó una botella de Glenmorangie y reciclé el tapón. Moraleja: al terminarse una botella de single malt NUNCA tires el tapón ¡porque te puede servir en el futuro!



Pero bueno, pasemos a ver qué tal está este Glenfarclas.

Es importante decir que viene embotellado a 43 grados y que aunque no lo declara en botella, el color es natural. Glenfarclas no añade a ninguno de sus whiskies colorante. Punto a favor.

Este whisky tiene un color dorado oscuro es muy bonito. Se aprecia un poco de depósitos al fondo de la copa, que seguramente son del corcho que se rompió, porque este Glenfarclas sí está filtrado en frío (chill filtered)

En nariz, te da un golpe de jerez muy rico, seguido de un aroma a frutos secos y a naranja.

Al probarlo no se percibe aceitoso, más bien ligero, el jerez está ahí pero definitivamente no es un “sherry bomb”, se siente un poco algo de mantequilla, frutos secos. No me pareció tan dulce como otros whiskies.

Como retrogusto sentí un poco de dulce de leche, madera joven y vino de jerez. El final es medio largo y muy agradable. En verdad es un whisky muy elegante.

Solo estaba tan rico que hasta me dio miedo ponerle agua, por lo que sólo opté por agregar tres gotitas de agua ¿El resultado? El aroma se suaviza mucho, tal vez demasiado y eso, al menos a mí no me gusta. En boca cambia la cosa, se vuelve más amable, dulce (como estoy viendo que sucede con casi todos los whiskies de Speyside), aparecen algunos recuerdos de avellanas, nueces. El final se acorta… mucho.

Es un whisky para disfrutar después de comer.

Definitivamente el Glenfarclas 12 años es una joyita que debe ser tomada tal cual se sirve de la botella. Se agradece que siga siendo un whisky que sigue siendo embotellado con un volumen de alcohol ligeramente superior al mínimo de 40 ABV que está utilizando la mayoría de la industria y que también es el grueso de lo que nos llega a México. 

Lo malo es que es un whisky que, cuando lo encuentras, tiene un precio que supera los $ 1,500 MXN. Yo pagué mucho menos por él hace años, no recuerdo cuanto, pero lo que sí es seguro es que es un whisky que vale cada gota… esa es la razón por la que me ha durado tanto esta botella, porque lo he tomado en momentos especiales.

¡Ahora es momento de ir a buscar la otra!


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