Laphroaig Four Oak

 La Anécdota

Recuerdo que hubo una época en la que viajabas al extranjero y encontrabas en las famosas tiendas de Duty Free expresiones de whisky que no se conseguían en México y eso parecía que era una maravilla, aunque los whiskies fuera expresiones normales en otras partes del mundo.

Después, fui descubriendo las “Travel Retail Exclusives” que no se encontraban más que en este tipo de tiendas y de pronto había cosas muy buenas, como el Einar de Highland Park.

También aparecieron otras expresiones en presentación de a litro… y todo eso estaba bien.

Pero, desde hace unos años, uno se encuentra en este tipo de tiendas expresiones “exclusivas” que hace un buen regalo, pero que para un whisky fan no son mayor cosa, un tourist trap, tal vez… no sé.

Con todo y todo, acá tienes a su servidor encargando expresiones de esas a sus familiares.

Resulta que una hermana que vive en el extranjero vino a visitarnos y, como siempre y por cortesía, me preguntó si se me ofrecía algo. Por supuesto le dije que sí, que un whiskito ¿verdad?

Del aeropuerto me envió diversas fotos y todo súper aburrido, pero ahí estaba un Laphroaig Four Oak que me llamó la atención, ya que tengo buenos recuerdos, aunque vagos, de esa marca que hace mucho no la tomo.


Pues dicho y hecho: mi querida hermana va y me compra el mencionado whisky.

Mientras decidía abrir la botella, investigué un poco y encontré que la mayoría de las reseñas de esta expresión no le han sido muy amables que digamos, pero, pues ya tenía la botella ¿no? Así que ¡se tuvo que abrir y reseñar! 

El Whisky

Se trata del Laphroaig Four Oak, que es una expresión exclusiva para el Travel Retail, no declara edad (NAS), viene embotellado a 40% ABV, filtrado en frío y con colorante añadido. La presentación es en botella de un litro. Esta expresión es una mezcla de whiskies añejados en cuatro tipos de barricas: exbourbon, quarter casks, barricas de roble americano virgen y hogsheads de roble europeo.

La Cata

Como siempre, ayuda muchísimo el reposo en copa antes de probarlo, si lo tomas inmediatamente después de haberlo servido, lo vas a sentir algo agresivo. 

En este caso, lo dejé reposar unos 15 minutos.

Vista: Es viscoso, las lágrimas bajan lentamente por la copa. El color es pajizo dorado, aunque ya mencioné que tiene colorante añadido, aunque la verdad, no creo que sea mucho.

Nariz: Medicinal, turba, limón amarillo, ceniza seca, algo de yodo y al final aromas marinos frescos.

Boca: Se siente ligero, sabores a miel, vainilla, turba, se perciben la ceniza y notas medicinales al final, ligeramente especiado.

Final: medio-largo, se siente la turba, el humo y una nota chistosa cítrico-especiada y no sé... algo como ¿¡¿algas?!?

Con un par de chorritos de agua de la pipeta:

En nariz se vuelve más fresco, la nota medicinal se reduce y aparecen aromas frutales, marinos, yodo, aparecen notas a madera fresca y algo de musgo. También hay una interesante nota dulce, como cereal de caja.

En boca se siente más la turba de entrada y los sabores dulces se reducen. La ceniza permanece, así como las notas medicinales. El final se acorta de manera importante y es más medicinal también.

Las Conclusiones

Para ser un whisky de Islay, es bastante “tomable” si no le pones mucha ciencia, pudiera decirse que es un Laphroaig light. Tal vez por eso es que en casi todas las reseñas veo que la gente está desilusionada con esta versión, pero viéndolo desde un punto de vista mercadológico, podríamos decir que la gente de Laphroaig se enfocó en desarrollar un producto que sirviera de entrada a su gama de whiskies y con esto implica que debe ser un producto más accesible al paladar genérico.

Por lo anterior, no creo que sea un mal whisky, conserva varias de las características de la marca, pero más ligeras, de hecho, me gustó.

Es un whisky que si lo tomas sin mucho espíritu crítico, cumple, es rico, tiene la turba, la característica medicinal y el humo, pero con esas notas dulces que hacen que cualquiera al que le gusten los whiskies ahumados lo disfrute. Ahora bien, si eres un fan de la marca o de los whiskies de Islay seguramente te decepcionará y preferirás otras cosas más robustas de Laphroaig, Lagavulin o Ardbeg, por mencionar las marcas más comunes.


Lo que sí es un gran valor agregado es que esta botella traía un folletín con un código, que al registrarlo en la página de la marca te hace “dueño” de un pie cuadrado, por lo que tu servidor ya es “terrateniente” en la isla de Islay.


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