Port Charlotte, Heavily Peated Islay Single Malt

 Hoy te voy a hablar de un whisky que quería probar desde hace ya varios meses y que por suerte lo encontré a mitad de precio. Es muy importante que cuando vayas al súper o a tu tienda de licores favorita, cheques siempre qué hay, ya que puedes encontrarte ofertas que no están anunciadas, como la que me tocó ¡y que hay que aprovecharlas!

Se trata del Port Charlotte 10 Heavily Peated, destilado por Bruichladdich en Islay. 

Venía con un par de copas de regalo...

Bruichladdich es de esas destilerías que se presentan como innovadoras y fuera de lo convencional, ya con anterioridad había probado otro whisky de ellos,el Bruichladdich Rocks, que nunca reseñé, pero del cual conservo la lata y que me gustó bastante. Al ser de vanguardia, tienen whiskies bastante interesantes y que son una excelente opción para probar cosas diferentes a Caol Ila, Lagavulin y Ardbeg.

¡Una pena no haberlo reseñado en su momento!

El hecho que diga “heavily peated” es lo que me llamó la atención, ya que este tipo de whiskies me gusta, aunque definitivamente no son para el diario ni para tomar en una fiesta, por los sabores tan fuertes que llegan a tener.

Se dice que es alto en turba porque tiene 40 ppm (partes por millón). 

¡Breviario cultural! - El ppm en un whisky con turba se refiere a “la medida usada para determinar el contenido de fenol de la cebada malteada después del horneado y antes de usarse en el resto del proceso de elaboración del whisky. La turba se quema en el horno, liberando un grupo de compuestos que se conocen como fenoles, algo que identificamos como humo o carácter turba.” ( Definición obtenida de la pagina de Kilchoman)

Regresando al tema del Port Charlotte, es un whisky que tiene color natural, no está filtrado en frío (ninguno de estos dos puntos viene declarado en la etiqueta ni en la caja, los tuve que investigar) y está embotellado a 50 ABV, y como siempre, en mi caso particular, esto me llama mucho la atención y lo hace un whisky que debo tener.

Ya tenía planeado publicar esta reseña para hace unos días, pero después de tomar un seminario de tres días con Iván Sánchez, de los Whiskochos, en el que aprendí a catar mejor, me di cuenta que lo que te iba a presentar iba a estar incompleto y no le iba a hacer justicia a este whisky.

Ahora sí, veamos qué es lo que le encontré…

Como siempre, dejé reposar el whisky en copa un minuto por cada año de añejamiento. En este caso fueron 10 minutos.

A la vista tiene un color semejante al vino blanco, dorado brillante, es viscoso, las piernas bajan lentamente. Se aprecian pequeños pedazos de corcho… ¡pero porque el de la botella se está deshaciendo!

En nariz, los primeros aromas que se detectan son marinos y a turba, luego viene el olor a tierra mojada, medicinal, aromas dulces, cítricos, pero también a algo de frutas tropicales, tal vez algo de pan y miel. Llegan notas de madera ahumada, algo de ceniza seca, persisten los aromas marinos y salados. Tiene ligeras notas de nuez y florales al final. En resumen, el Port Charlotte tiene una nariz muy compleja.

En boca, de inmediato se percibe la turba y madera ahumada y luego viene una explosión de sabores, nueces, avellanas, sabores dulces, especias. Sientes cómo tus papilas gustativas se saturan de sabor y se te adormece un poco el paladar, tal vez por la cantidad de alcohol. Es astringente, con un final largo con recuerdos de humo, ceniza, madera quemada, aparece un ligero amargor después de un buen rato.

Con un chorrito de agua se refuerzan las notas a ceniza, se vuelve más floral, aparecen más notas dulces, a chocolate y persisten las medicinales, pero son más como de hospital y más sutiles. Siguen presentes las notas de turba, tierra mojada madera ahumada. En boca se vuelve más dulce (como casi siempre sucede) pero es a fruta, pierde astringencia, las notas de ceniza y avellanas se acentúan. El final sigue siendo largo, ahora especiado, con recuerdos de madera tostada y algo de miel.

Definitivamente me gustó más solo que con agua y creo que es para después de comer, tiene un sabor tan definido y complejo que merece la pena tomarlo solo y con calma, tienes que darte tu tiempo para disfrutarlo. Creo que adicionarle agua o hielos le quita mucho chiste, aunque sigue siendo muy rico.

Ahora las conclusiones:

Gracias al seminario tomado, descubrí e identifiqué una serie de aromas que jamás había notado en ningún whisky. El ahumado, las notas medicinales van a ahuyentar a muchos, pero si eres fan de los whiskies de Islay, seguro te va a gustar. Si estás buscando un whisky fácil de tomar, el Port Charlotte no es para ti.

Finalmente, en mi opinión muy personal, encuentro que el Port Charlotte es un whiskazazo que debes tener en casa. En cuanto pueda me compraré otra botella, mientras tanto disfrutaré cada gota.


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