Cutty Sark, un whisky de batalla

 

Cutty Sark es uno de los primeros whiskies que tomé en mi vida. Era el whisky de cajón que tenía mi padre siempre en su casa y que ofrecía a todo mundo, definitivamente no por ser excelente, sino porque desde hace muchísimos años ha sido considerado un buen whisky de batalla. También es importante decir que era el whisky de preferencia para hacer el famoso “coctel Nacher” que siempre pedía mi abuelo y que él se jactaba de haber inventado y que después descubriría que no es así, tristemente, y el cual consiste en mezclar media medida de whisky con Sidral Mundet (refresco de manzana muy popular en México). Un “coctel” sumamente leve, pero que mi abuelo disfrutaba enormemente.



Cutty Sark durante mucho tiempo fue una de las marcas que, junto con otras como J&B y Passport, ayudaron en algo a desarrollar mi gusto e ir discriminando con el tiempo entre whiskies de batalla y otros mejorcitos. 

Queda claro que con el tiempo estas marcas fueron cayendo en el cajón de los olvidos hasta que el otro día, buscando algún whisky de batalla que reseñar me volví a topar con el mentado Cutty Sark en el súper y veo que dentro de los whiskies baratos, no es de los bara-bara, ya que uno puede encontrar todavía varias botellas en menos de $ 200 MXN (aproximadamente 10 USD), como Bell’s, y ésta cuesta más de $ 300 MXN (aproximadamente 15 USD).

El Cutty Sark está compuesto por una mezcla de entre 30 y 40 whiskies. Entre las maltas que lo componen se encuentran whiskies de Glenrothes, Highland Park, Macallan y Bunnahabhain, aunque realmente creo que es en proporciones muy pequeñas y deben ser whiskies muy jóvenes, por lo que leerás más adelante.

Ahora te digo cómo lo encuentro, después de aproximadamente 25 años de no haber tomado una copa de Cutty Sark…

A la vista tiene un color pajizo, es claro. Realmente creo que si le pusieron colorante, fue poco.

En nariz es fresco, esperaba me diera un golpe de alcohol, pero no. Primero aparecen aromas florales, a campo, pero posteriormente llegan notas cítricas. Ahí lejos aparecen notas dulces muy ligeras. En resumen: me huele bien, pero es muy, muy ligero.

Al probarlo es ligero en boca y dulce, aparecen notas agradables de dulce envinado, algo de miel y notas herbáceas muy tenues. Al final aparece algo de alcohol pero no es agresivo, como se podría esperar en un whisky de este rango de precio.

El final es corto, pero sorprendentemente rico, un poco astringente. No deja retro-gusto desagradable.

Ahora con un par de cucharaditas de agua fría.

¡El aroma se vuelve semejante al de un single malt! Claro, sin llegar a serlo, aclaro. Las notas dulces de miel y vainilla se acentúan. Desaparecen los cítricos completamente y en una segunda nariz se aprecian las notas herbáceas.

El sabor, sin embargo, pierde mucho chiste. Sabe más a whisky de grano y se vuelve muy plano, no es tan dulce. El final sigue siendo agradable.

Como conclusión: Es un whisky de batalla, tal cual, pero si decides tomarlo solo, en una copa adecuada, puede resultar agradable, tomado con agua o con hielo, se vuelve un whisky genérico.

Definitivamente es un whisky para mezclar con lo que se te de la gana y para mí es una buena opción para la fiesta.

Es importante decir que es un whisky de calidad inferior si lo comparo con el Whyte & Mackay que reseñé la semana pasada. Pero, en mi caso particular, el Cutty Sark es un whisky que tendré en mi bar por cuestiones sentimentales y para cuando me agarre la nostalgia, prepararme un coctel Nacher en honor a mi querido abuelo.





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