The Macallan Classic Cut, 2019 Edition

The Macallan es probablemente la marca más aspiracional que existe en el mundo del whisky, y esto no es de a gratis. Con los años fueron forjando esa imagen de producto Premium, desde que Michael Jackson (el crítico, no el cantante) lo definió como el Rolls Royce de los whiskies. Y en su momento tuvo razón, tanta que se volvió el whisky coleccionable por excelencia y una inversión altamente redituable para quienes no quieren disfrutar su whisky, si no usarlo como un instrumento financiero más.

Por lo anterior, con los años se ha visto cómo esta marca ha sacado más y más expresiones buscando agradar a sus clientes y buscando que éstos compren año con año las expresiones que van sacando, siempre como algo muy exclusivo.

En México, tal vez más por el punto aspiracional que por el de colección o inversión, The Macallan es probablemente la marca que cuenta con más expresiones a la venta, vaya, hasta tienen una tienda online donde puedes comprar etiquetas que normalmente no encuentras en las tiendas donde lo venden, y por supuesto que te lo envían a México. Tomando en cuenta que no son whiskies precisamente baratos es una cosa que llama la atención.

En mi caso particular, viendo como los whiskies de The Macallan se hacían cada vez más caros, fui alejándome de ellos, ocasionalmente comprando uno que otro. También me desilusioné un poco de la marca cuando sacaron la colección 1824, sin añejamiento señalado (NAS, No Age Statement) y habiéndolo sustituido por términos como Gold, Amber, etc.

En especial el Macallan Gold dejó mucho que desear. Un whisky caro y mediocre desde mi punto de vista.

Pero recientemente decidí hacer las paces con la marca y me compré un Classic Cut, edición 2019 y un Sherry Oak Cask 12 años. La decisión para ver cuál abría fue difícil, por lo que me tuve que echar un democrático volado.



El ganador fue el Classic Cut, que estuve a punto de no poder comprarlo, porque en la tienda donde lo encontré nada más quedaban 3 cajas y una sola botella (¿¿??), que por cierto era la que tenían en la vitrina de exhibición.

Como nadie patrocina este blog, todas las botellas de las que te comento son compradas por mí y el esfuerzo luego llega a ser grande. Para esta botella en especial tuve que hacer uso de los puntos que tenía acumulados en una tarjeta de recompensas de la tienda donde lo compré para que al final de cuentas sólo pagara un monto semejante al de whiskies de precio medio.

Pero bueno, supongo que aunque mi rollo te ha de parecer sumamente interesante (¡ja!) paso a comentarte mi opinión del mismo.


El Classic Cut tiene un par de cosas dignas de mencionar: una es que es lo más cercano a un cask strength que puedes conseguir en México. Un whisky con 52.9 grados de alcohol ya es bastante alto para lo estándares de lo que se importa a nuestro país y esto se le agradece a la marca por traerlo. La otra es que su color es natural y se sabe porque lo menciona en la caja.


Una cosa que no está padre es que las barricas en las que se termina están sazonadas con jerez, cosa que es diferente a que se termine en barricas que efectivamente hayan añejado este tipo de vino. Sin embargo el resultado es interesante.

Lo que te voy a platicar hoy puede no aplicar a otras ediciones del Classic Cut, ya que el contenido alcohólico y el sabor puede variar bastante de una edición a otra. Hoy me refiero específicamente a la edición 2019.

Como te decía, el color es natural, un tono oro viejo quemado muy bonito.

Aroma: No es el golpe de jerez que esperaba. Es más sutil y elegante que en otros whiskies. Aromas cítricos, que podrían recordar a la naranja, pero más en mermelada que fresca. En segundo plano hay algo de chocolate, poco. No hay golpe de alcohol, a pesar del alto contenido que tiene. Definitivamente un aroma muy, pero muy rico.

En boca es aceitoso, robusto, mucho sabor. Muy agradable. Sabe bastante a jerez y tiene un ligero amargor. Cero especias, cero humo, dulce. La primera vez que lo tomé sentí que el retrogusto era corto, pero ahora que lo vuelvo a probar es medio-largo y es vinoso, deja una sensación semejante al retrogusto que te da un buen cognac. La verdad muy agradable.

Es un whisky para tomarlo solo. Así como viene está muy bien, que no te espante el contenido alcohólico.

Ahora, al agregarle unas gotas de agua pasa lo de siempre: se pone dulce. Se mantiene ese aroma a naranjas maduras pero se vuelve un poco más fresco. Aparece algo de vainilla. En boca se vuelve más ligero en todos los sentidos y parece que estás tomando algo más genérico. Sí, pierde algo de chiste ¡pero sigue siendo muy rico! En el retrogusto el amargor que detecté al tomarlo solo se acentúa y hay un dejo a madera y sí, a vino de jerez, pero de manera sutil.

Me arrepiento de haberle agregado agua. Repito, solo, como viene en la botella es ideal.

Es de esos whiskies para tomarse después de una buena comida. Es para tomar despacio, disfrutarlo, darle su tiempo y apreciarlo. Podrías pasarte toda la tarde con una sola copa. Es un buen Macallan. Definitivamente no el mejor que hace, pero es muy digno. Sería muy interesante comparar una edición contra otra y si te sobra el dinero, añadirlo a tu colección. Seguro después de unos 5 o 10 años valdrá su buen dinero.

Si el Gold me decepcionó, el Classic Cut me encantó. El problema ahora va a ser encontrarlo. Altamente recomendable.






Comentarios

Lo más leído en el último mes

Ye Whisky of Ye Monks

Tamnavulin Sherry Cask Edition

Machrie Moor Cask Strength