Glenkinchie 12

 

En las pasadas Navidades, fui afortunado en recibir el whisky que hoy te reseño. Claro que para el intercambio de regalos hice una laaaaarga lista de opciones y todas eran botellas de whisky. Mis cuñadas me criticaron por mi originalidad, pero creo que le facilité mucho su labor a quien le toqué para este intercambio.

Incluí en esa lista el Glenkinchie porque hacía muchos años que no lo tomaba y tenía un buen recuerdo de esta marca de aquella época en la que empecé a experimentar más… por ahí del 2002-2003.



¿Porqué escogí Glenkinchie? Bueno, porque es un whisky que se incluye en el blend de varias expresiones de Johnnie Walker, y es específicamente mencionado en el blend del Johnnie Walker Island Green.

Es uno de los pocos whiskies que se produce en los Lowlands escoceses y su destilería está localizada al sureste de Edimburgo, de ahí su mote de “The Edinburgh Malt”. 

El portafolio de esta marca es reducido y por suerte, Diageo todavía lo trae a México en su expresión de 12 años.

Glenkinchie viene embotellado a 43% ABV, está filtrado en frío y tiene colorante añadido, aunque sospecho que es poco. 

Su nombre es complicado, así que, para que quedes bien con tus cuates, abajo encontrarás un video con su correcta pronunciación:



A continuación te platico qué encontré:

Vista: color oro pálido, viscosidad media.

Nariz: Fruta fresca, semejante al durazno. Posteriormente llegan aromas florales, algo de cítricos tipo lima. Algo de hierba recién cortada y cereal.

Boca: Es ligero y dulce. Sabor a miel muy marcado, después aparecen notas ligeras a naranja amarga y algo de mantequilla. Tiene una acidez interesante. 

Final: Medio, algo alcoholizado para mi gusto, con notas de miel y algo de amargor.

Con unas gotas de agua, no necesita más:

Nariz: Se aligera mucho y se vuelve aún más fresco. Aparecen notas a miel y malta. Se mantienen, pero más ligeros, los aromas florales y a durazno. Al final aparecen notas a algodón de azúcar y un poco de azúcar moreno.

Boca: Aún más dulce, aunque aparece algo de madera. Miel, vainilla. Sigue esa acidez que me resultó interesante.

Final: Prácticamente el mismo que cuando se toma solo, aunque se elimina casi por completo la nota alcohólica.

Es un whisky ligero, que puede tomarse muy bien en cualquier momento. Puede ser un buen aperitivo, pero también puede funcionar muy bien para una sobremesa.

Es un whisky rico y muy disfrutable, pero no sobresaliente. Lo mejor que tiene es su nariz, en cuanto al sabor es algo genérico. Estoy seguro que al agregarle hielo o agua mineral, se le quitará todo el chiste, o como se diría coloquialmente: lo matas.

Es un buen whisky para quien quiere iniciarse en el mundo de los single malt o si quieres jugar con tus cuates a identificar en qué expresiones de Johnnie Walker se encuentra… vaya, eso podría resultar muy divertido.


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