¿Whisky para chupar o para disfrutar?

¡Ja, ja! Antes de empezar tengo que aclarar que el título de este artículo no es albur, para aquellas mentes cochambrosas que puedan llegar a leer este blog...

Habiendo aclarado lo anterior, comento: Hace unas semanas vinieron a cenar una amiga de mi mujer y su esposo, que resulta ser también conocido mío, aunque no mucho.

Como siempre, la pregunta de rigor: ¿Qué te sirvo? Sin sorpresa escucho que se toma un Bacardí Blanco-Coca. En fin, empieza la plática y quién sabe porqué, acabamos platicando de whisky. Que cuál es bueno,  que cuál no tanto. Tratando de ser lo más polite posible, trato de no caer en la sangronada del Single Malt y soy consecuente con las marcas típicas: que si el Johnnie Walker, que si el Chivas, que si... en fin, le comento que son buenos pero que yo prefiero otra clase de whiskies y me contesta con la pregunta que da título a este artículo.

Eso de ponerse a "chupar" nomás para embrutecerse, pues se puede hacer con cualquier cosa ¿No? Digo, hasta con charanda para los nada exigentes e igual de jarras se pondrán que con Chateau Lafite. Pues en fin... acá la cuestión es: habemos quienes disfrutamos lo que tomamos, sea lo que sea, pero siempre guardando un mínimo de calidad.

Por ejemplo, a mí personalmente me gusta bastante el Red Label, tal vez más que el Black Label. Me lo tomo en las rocas y lo disfruto bastante. Es un whisky en el que se alcanzan a distinguir esos whiskies ahumados de Islay, como el Talisker, y que se pierden en versiones más añejadas. Además, el Red Label es la opción a elegir si vas a alguna comida donde sabes que no te vas a tomar sólo una y tienes la confianza que no te va a inflar mucho la cuenta. Pero qué dice la gente cuando te ve pedir uno de éstos: ¿Y ya probaste el Blue Label? Clarín! Y me gusta más el red. Así nomás, además que no soy lo suficientemente idiota como para pasarme la tarde pidiendo Blue Label...

Entonces ¿Qué whiskies son para "chupar" y qué otros son para "disfrutar"? Toooodos sirven para las dos cosas, según sea el caso y en gustos se rompen caras. Yo prefiero manejar la idea de qué whiskies son buenos para tomar sin un afán crítico y cuáles son para disfrutar viendo una buena película, leyendo un libro o tomarlo a oscuras escuchando música.

Según yo, ejemplos de whiskies para tomar sin afán crítico son: Cualquier Johnnie Walker con excepción del desaparecido Green Label y el Gold Label (que quién sabe porqué, pero me encanta), J&B (de preferencia con agua mineral), Cutty Sark y demás del tipo... También podemos incluir bourbons como el Blackrock e incluso el Jim Beam etiqueta blanca, que con Coca son enormes.

Whiskies para disfrutar en una buena sobremesa, como esas que uno se avienta luego con Don Rodrigo son: Macallan 12 y/o, Glenffiddich 12 y/o, Glenlivet 12 y/o e incluso cosas más fuertecitas como un Talisker 10 y/o o un Lagavulin 16 y/o.

Whiskies para disfrutar realizando alguna actividad como las mencionadas... lo que es un placer egoísta porque se tiene que hacer solo son: Cualquier Talisker, Aberlour, mi desaparecido Glenfarclas 105, un Macallan 18 añitos, un Glenffiddich 15 y/o, o cualquiera de las expresiones nuevas de Glenmorangie: La Santa o La Quinta Ruban.

En fin al final de cuentas todo es de acuerdo con el gusto de cada quien. Para su servilleta ningún whisky es para chupar y todos son para disfrutar, aunque hay rangos para esto.


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