Glen Scotia Crosshill
La Anécdota
Le encargué a la Flowers el Victoriana de Glen Scotia debido a las excelentes reseñas y premios que ha ganado, sobre todo en los OSWA’s (Online Scotch Whisky Awards).
Pero estaba agotado en todas las tiendas a las que fue en Edimburgo y Londres.
El último día de su viaje, tuvimos una videollamada desde el Duty Free del aeropuerto de Heathrow y me mostró la variedad de Glen Scotias que tenían ahí. Claro que la gente de la tienda tuvo que ir a preguntar qué estaba haciendo mi mujer, que porque no estaba permitido grabar ahí. Cuando se les explicó que era una videollamada y que la consecuencia de la misma sería una compra, hasta ayudaron ¡y me comentaron por ese medio sus recomendaciones!
Finalmente, la botella elegida fue la que hoy reseño: El Glen Scotia Crosshill.
El Whisky
El Crosshill es una expresión lanzada exclusivamente para el mercado del Travel Retail. Viene en una caja muy bonita, de una excelente calidad, con una acuarela de la que te platico un poco más adelante. La presentación es de 1 litro, embotellado a Cask Strength con un ABV de 56.5%, sin filtrado en frío y con color natural.
Es un whisky que no declara edad, añejado en barricas exbourbon de primer llenado y terminado por un tiempo indeterminado en barricas exjerez Oloroso.
Regresando a la ilustración en el empaque, se trata de una colaboración de la marca con una artista escocesa llamada Alice Angus, donde se ilustra el Crosshill Loch, de donde toma el nombre esta expresión.
La Cata
Dejé reposar en copa por 15 minutos y utilicé la copita de jerez Riedel, ya que considero es la mejor para catar whiskies embotellados con un porcentaje alcohólico superior al 46%.
Vista: Ámbar quemado. Tiene una buena viscosidad, bajando las piernas muy lentamente por las paredes de la copa.
Nariz: Dulce, con notas a créme bruleé y chocolate en polvo. Cereal, algo de madera y humedad. Algo de frutos secos y, muy levemente, frutas tropicales.
Boca: Con cuerpo, cremoso, “mouth warming”. Dulce, miel, algo de dulce de mantequilla. Fruta compotada, aunque no la llego a identificar. Algo de madera y algo astringente. Ligera nota a humo.
Final: largo, fruta tropical, ahumado con algo de ceniza y astringente.
Por la fortaleza, le añadí dos chorritos de agua… y apenas fue suficiente.
Nariz: Dulce y muy afrutada. Algo de miel y dulce de leche. Se mantiene la nota a humedad pero ahora se asemeja a madera húmeda. Aparece una notilla a tutti-frutti. La nota a cereal es semejante a cereal de caja.
Boca: Se vuelve más ligero, pero no demasiado. Sigue siendo dulce, con las notas a miel. La nota a fruta es más a fruta fresca. La astringencia se mantiene a pesar de haberlo diluido.
Final: sigue siendo largo y dulce, con una ligera notilla amarga y se mantiene la nota a ceniza, aunque más ligera.
Conclusiones
Es un whiskazo. Tiene todo lo que le pido a un whisky: aromas y sabores definidos, pero con un amplio espacio para descubrir nuevas notas.
Se puede decir que los whiskies destinados al mercado de Travel Retail se han convertido en objetos de regalo con un claro sobre precio y una calidad estándar, pero en este caso creo que no es así. En mi opinión, los amigos de Glen Scotia se han apuntado un 10 cerrado con este whisky.
Me encanta que sigas con el retrogusto después de un buen rato de haberlo tomado. Por lo anterior, es un whisky para después de comer. Tal vez pudiera ir bien con algún puro… y eso que no fumo.
Este es un sólido candidato a whisky del año desde ya para El Whiskero. Hace tiempo que no había probado un whisky que me retara y me gustara tanto. Pero debo aceptar que tengo un cierto aprecio por la marca y mi opinión pudiera estar algo sesgada, ya que hasta ahora no he probado un Glen Scotia mediocre y mucho menos malo.
Si éste está así de bueno, tal vez sea cierto todo lo que se dice del Victoriana. Ojalá y me pueda hacer de una botellita algún día y reseñártela.
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