La primera reseña del 2023: Glen Moray Elgin Classic
La anécdota
El otro día revisando la sección de whiskies en el súper, me encontré nuevamente con el Glen Moray. Se trata de un whisky de esos que se pierden en el anaquel y del que poco se sabe en México.
Al ver que se trataba de la expresión Elgin Classic, tuve el recuerdo de mi estancia en esa ciudad en octubre pasado y donde se encuentra una cantidad bastante razonable de destilerías, entre ellas Benriach y Glen Moray.
Sin más, coloqué una botella en el carrito y me la llevé a casa.
Al ser época de posadas y tener una familiar en puerta, decidí llevarme la botella para probarla y de paso compartirla con mi comadre Lucía.
Ya en la posada, le indiqué al mesero que esa botella era solo para mí y para mi comadre, pero al buen hombre esta indicación le importó un pepino y lo sirvió hasta el hartazgo a gente que le encanta mezclar con agua mineral y otras cosas. Al final de la velada, el nivel de la botella había bajado considerablemente.
Esto puede darte la idea de lo fácil que es de tomar… o de lo briagos que eran los asistentes a la posada.
Pero bueno, antes de que se me acabara, decidí hacer esta reseña, la primera del 2023.
El whisky
El Glen Moray Elgin Classic es la expresión de entrada a la marca y, al menos en México, es la única que puedes encontrar en ciertos supermercados.
Es una expresión que no declara edad, pero en su página web, Glen Moray dice que se añeja por seis años en promedio en barricas de roble americano exBourbon. Su presentación es en botella de 700 ml, embotellado a 40% ABV, filtrado en frío y con color añadido.
![]() |
Colorante añadido declarado en etiqueta trasera |
El precio pagado fue de $ 750 MXN (algo así como 38 USD), bastante accesible para ser un single malt.
La cata
A pesar de no declarar edad, dejé reposar la bebida 10 minutos en copa.
Vista: Color pajizo claro, por lo que supongo que tiene poco colorante añadido, se ve muy ligero, hasta se hacen gotas en la pared de la copa, cosa que no me gustó mucho y que habla de la baja viscosidad que tiene.
Nariz: Es muy fresca y afrutada, incluyendo manzana verde y algo de plátano. En seguida aparecen los cítricos, tal vez limón y después aromas florales. No dejan de estar presentes la miel y la vainilla, pero este último aroma en forma de helado. También está el cereal y un ligerísimo toque a barniz.
Boca: Ligero y dulce, con notas de miel, vainilla, dulce de leche, ligeramente especiado. Tiene algo de madera y cítricos, pero aparecen de manera muy discreta.
Final: Corto, dulce y con algo de cítricos.
Con unas de gotas de agua:
Nariz: Se acentúa la vainilla y aparece una nota a madera joven. Prevalecen las notas afrutadas, principalmente la de manzana verde. También se aprecia una nota a cereal endulzado con miel.
Boca: Pareciera que el agua en vez de diluir espesara. Se nota más aceitoso. Prevalece el dulce envinado y la miel, la nota especiada se reduce, pero ahí sigue, al igual que las notas cítricas.
Final: Sigue siendo corto y dulce, pero siento que se alarga un poco.
En aquella posada tomé un trago con hielo y funcionó bien, aunque no creo que tomarlo así le haga justicia.
Conclusiones
Si sólo de nariz se trata, este whisky es una belleza. Es mucho más complejo de lo que pudiera parecer, al ser una expresión de entrada. En boca es más simple, pero es muy agradable y fácil de tomar.
Para mí ha resultado ser todo un hallazgo, tiene una relación precio-calidad extraordinaria, tal vez inmejorable para un single malt. Te cuesta casi lo mismo que un Chivas Regal 12 y entrega mucho más. Es más, se anda echando un “quien vive” con un Glenfiddich 12 años, ya que tiene un perfil semejante, siendo más joven.
Un excelente whisky de entrada, del diario, para reuniones con cuates que aprecian el buen whisky, pero que por la ocasión no vas a estar muy exigente. En pocas palabras: es un todo terreno que creo le gustará a cualquiera.
Lo único malo: es peligrosamente fácil de tomar.
Comentarios
Publicar un comentario