Arran Quarter Cask

La anécdota

Después de probar el Arran 10 y leyendo todo lo bueno que se escribe sobre esa destilería, me atreví a comprar el Quarter Cask.

Lo malo es que en la única donde lo he ubicado en la Ciudad de México sólo quedaban tubos dañados, pero como dicen por ahí: “lo que vale es lo que viene dentro de la botella”, y pues sí, pero cuando compras un producto, quieres que el empaque venga en buen estado. Cuestión de percepción, si quieres, pero eso demuestra cuidado en el manejo y exhibición. Cuando un empaque viene dañado te hace dudar.

Peeero, siendo un Arran y con el presentimiento de que cuando se acabe el lote que se importó a México, se acabó, tal vez para siempre, así como pasó con Glendronach, compré la botella aún con el empaque dañado. Eso sí, escogí el “menos pior”.



El Whisky

El Arran Quarter Cask no declara edad, viene embotellado a un muy buen 56.2% ABV, cask strength, sin filtrado en frío y color natural. Todo debidamente declarado en la etiqueta de la botella.

Aunque no tiene edad declarada, se dice por ahí que este whisky se añeja por 7 años en barricas exbourbon de primer llenado y es terminado por dos años más en barricas quarter cask de roble americano de 125 l.

Un ABV bastante respetable...


La reseña

Vista: Color oro brillante, semejante al de los retablos de iglesia colonial mexicana. El líquido es muy claro y aceitoso.

Nariz: Piña y otras frutas tropicales que no alcanzo a identificar, miel, azúcar moreno, algo de naranja, ligeramente perfumado. Cereal, mazapán. Al final, vainilla y un ligero aroma a cuero. Algo de panqué de limón.

Boca: La especia llega de inmediato. Muy dulce: Piña, miel, vainilla astringente. Al final es algo picante, pero más a algún tipo de chile.

Final: Largo y dulce.

Así como viene de la botella, es bastante agresivo, no por lo alcohólico, sino por el sabor y la especia tan marcada. Exige agua, bastante agua.

Le puse tres chorritos.

Tomado así te comento: 

En nariz se acentúa el aroma a mazapán y aparece un aroma a turrón. La fruta tropical permanece, pero más tipo dulce envinado. Agua fresca de río. Miel y algo de aromas a bodega húmeda, musgo.

Boca: Se vuelve muy astringente, especiado y el sabor explota, pero ya no es tanto de fruta, la miel y la vainilla son los protagonistas. 

Conclusiones

Es un whisky rudo, en el buen sentido de la palabra, pero me queda claro que no es para todos y hay que agarrarle el modo.

Ya cuando se lo has agarrado, resulta ser una delicia, pero advierto que esto implica experimentar mucho con la cantidad de agua a agregar… después de todo, ese es el chiste de los cask strength… ¿no?

No es fácil de tomar, pero eso le da un encanto adicional.

 



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