Bruichladdich, The Classic Ladie

 Hoy te voy a platicar del producto insignia de Bruichladdich, el Classic Ladie. Realmente esta iba a ser una reseña bastante estándar, en la que te platicaría solamente de cómo lo vi, qué me gustó y qué no… y sí eso viene más abajo, pero realmente vale la pena hablar un poco de esta destilería y de su filosofía de transparencia, que me parece un gran punto a favor de la empresa y por consiguiente, de sus productos.




Resulta que Bruichladdich es una marca que es lo que dice: hace las cosas de manera diferente. Desde proveerse de cebada cultivada en el “Mainland” escocés hasta hacer un whisky de Islay que no es ahumado.

Además, es una empresa que apuesta por la transparencia, pudiendo uno identificar exactamente cuántas barricas y de qué tipo son las que componen el lote que estás degustando, pudiendo consultarlo en su página web. En el caso particular de lo que hoy te platico, se trata del lote 17/262 embotellado en 2017.

Este lote está compuesto por 53 barricas de prácticamente todo: de vino de Sauternes, Ribera del Duero, Calvados, Bourbon, etc. las mismas que fueron llenadas con destilados de cebada orgánica de tal o cual granja que les surte.



Con lo que te menciono, Bruichladdich comenta que ningún lote es exactamente igual al otro, pero que, con todo y todo, mantienen un cierto perfil de aromas y sabores.



Todos los Classic Ladies están embotellados a 50 grados ABV, sin filtrado en frío y con color natural.



Como dirían los gringos: How cool is that?

Ahora, habiendo dicho lo anterior, paso a darte mis impresiones:

Color: Natural, dorado. Se nota que no está filtrado en frío porque se aprecian algunas partículas flotando y créeme, la copa estaba perfectamente limpia, así es como sale de la botella.

Nariz: fresco, entre fruta y tierra mojada. Las notas a fruta pudieran ser de durazno. A diferencia de otros whiskies de este “octanaje”, no pica la nariz ni te hace estornudar, lo cual lo hace muy accesible de entrada. Algunas notas bien definidas a cereal y a madera nueva. Al final, aparecen algunas notas a barniz fresco. Es un aroma delicioso.

En boca: Dulce, miel, viscoso, algo astringente, especiado. Algo de frutos secos, hay una nota muy peculiar del tipo de algún solvente, no sé… también se percibe un ligero sabor marino, semejante al Talisker. Es muy rico en verdad.

Final: Dulce, miel, nuevamente frutos secos. Ligeramente amargo. La astringencia aparece fuertemente después de unos pocos minutos. También después de un rato reaparecen las notas a tierra mojada.

Definitivamente está hecho para tomarse solo y en este punto te puedo decir que, en mi opinión, es como se debe tomar, sin embargo, con ganas de experimentar un poco más, lo probamos también con algo de agua.

Con unas gotas de agua se vuelve mucho más fresco y se alborota el alcohol, ahora sí que pica un poco en nariz… Sigue siendo frutal, pero también aparecen notas florales. La nota de madera nueva sigue, pero ahora es de madera mojada. También siguen las notas a tierra, pero ahora es tierra seca. Las notas a cereal desaparecen casi completamente. Sigue siendo un aroma delicioso.

En boca se hacen mucho más presentes las notas a frutos secos, de una manera riquísima. El dulzor se reduce un poco, las notas a miel bajan y se hacen más sutiles. El especiado sigue aunque tal vez un poco más agresivo. Es una delicia. La astringencia se reduce también.

El final es más estándar, con esa mezcla típica de dulzor y amargor. Pica un poco. Tiene un cierto retrogusto a frutos secos, con madera y miel.

Es un whisky riquísimo. No tu típico Islay, ya que no tiene nada de turba ni humo, pero tiene una complejidad bastante interesante para un NAS.

Tal vez sea uno de esos placeres egoístas, para guardárselo disfrutar en soledad o con tus cuates más experimentados.

Por todo el tema de la transparencia, que puedes revisar cuántas barricas y de qué se usaron, casi todos los años que fue añejado y la cebada que se utilizó, además del empaque, que es muy bonito y característico, y que en realidad es un buen, buen whisky por el precio que se paga, es ampliamente recomendable.

Con todo y todo y aunque son animales diferentes, me quedo con su hermano: el Port Charlotte 10 ¡pero eso no quita que a éste lo esté disfrutando enormemente!


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