Clynelish 14

 La primera vez que probé el Clynelish 14 años fue por ahí del 2011, cuando me lo encontré de súper oferta en el Sam’s Club y me quedé con un buen recuerdo. Desafortunadamente en ese momento no tenía muy claro qué hacer con este blog y entre un nuevo trabajo, niños pequeños y otros asuntos nunca me di la oportunidad de reseñarlo.

Pero hace un par de semanas, yendo a “ver qué me encontraba” a un Palacio de Hierro, me lo volví a topar. Después de platicar un rato con el sommelier sobre gustos, regiones y demás, vimos que la mejor opción para reseñar era precisamente el Clynelish.

¿Pero porqué el Clynelish? Resulta que esta destilería, otrora llamada Brora se encuentra en la costa noreste de Escocia, es un auténtico whisky de los Northern Highlands, específicamente viene declarado como "Coastal Highland", y por tanto, tiene características propias que lo hacen diferente a otros whiskies de malta.

Es importante decir que esta marca forma parte de las famosas "Maltas" de Diageo y que es usado como base para el Johnnie Walker Black Label y también para el White Walker, que no he probado.


Pero habiendo dicho esto, paso a darte mis impresiones.

El Clynelish 14 años está embotellado a 46 grados ABV, tiene colorante agregado y aunque no lo declare, no está filtrado en frío, o al menos no completamente. Esto te lo comentaré más adelante.

Como siempre, lo dejé reposar en mi copita de jerez por 20 minutos, esto buscando que abriera lo más posible.

Vista: Como ya te mencionaba, tiene colorante añadido, aunque no creo que sea mucho, por el tiempo de añejamiento. El color ambar-dorado está muy bonito. Se ve viscoso en copa.

Nariz: Lo primero que me llega es un aroma dulce, dulce, tipo goma de mascar de frutas, después me aparece una nota muy marcada de manzana verde, algo de cera. Las notas frutales son muy poderosas. Después de un rato aparecen unas ligeras notas cítricas y una ligerísima nota marina.

En boca: Es dulce, complejo y especiado. Por complejo me refiero a que de entrada no le encuentras exactamente los sabores. Me aparecieron sabores a miel, algo de madera, cera. Es astringente y el final algo amargo, con notas a frutos secos.

Me gustó bastante solo, pero, por rigor, le agregué agua ¡Dos veces!

Con el primer chorrito de agua:

Se mantienen las notas de manzana en nariz, de cera, aparecen otras a piña, mandarina y madera. En boca las especias se reducen muchísimo, se vuelve más amable en ese sentido. Sigue siendo dulce, pero no tanto, se reduce mucho la astringencia. El final sigue amargo y con notas de frutos secos.

Con el segundo chorrito de agua:

Aquí se nota que no ha sido filtrado en frío, ya que se pone algo turbio, y eso me gusta, por eso el sabor es definido y se mantiene complejo.

El aroma se torna más hacia la piña y cítricos, algunas notas marinas ligeras y madera. En boca se torna más dulce pero sigo sin encontrar alguna nota que resalte, además de las ya señaladas, tal vez ahora aparece algo de avellana. El final ahora tiene notas de vainilla.

Esa astringencia que te amarra las papilas gustativas es rica, pero también quiere decir que no vas a aguantar muchos tragos de esto.

Definitivamente es un whisky difícil, es rico como te lo tomes, pero eso de buscarle notas específicas que resalten es complicado, pero eso es lo que lo hace muy interesante. Definitivamente me gusta más solo que con algo de agua.

Es un whisky que te invita a experimentar a ver cómo sabe mejor. Lo malo es que si te pasas de agua, lo diluirás demasiado y perderá su chiste, como pasa generalmente. No es un whisky común y esto lo hace sumamente interesante y un “must” para cualquier colección.

En un país donde tenemos marcas tan dominantes como The Macallan y Johnnie Walker, Clynelish es uno de esos whiskies que puede pasar desapercibido en el anaquel, pero que vale la pena probar.


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