Glenfiddich XX

Imagina que un día te invitan de una destilería y te dicen que escojas la barrica que más te guste de sus bodegas, bueno, pues esto hizo Glenfiddich con esta edición experimental.

Glenfiddich XX, no se dice "doble equis",
más bien: veinte o twenty, como prefieras.

                                                     

Para esto, soltaron en sus bodegas a 20 embajadores de marca de 16 países diferentes, quienes, después de haber hecho la “penosa” tarea de buscar, probar y decidir qué barrica consideraban la mejor… o la que más les gustaba, sin importar el tipo de barrica o la edad de añejamiento de su contenido. El resultado fue la selección de 17 barricas de bourbon, 2 de jerez y 1 de Oporto. Al final, el master blender Brian Kinsman desarrolló esta expresión usando las 20 barricas seleccionadas.

Por mi parte, me tardé algo en comprar esta botella, en parte por el precio y en parte porque el experimento anterior, el IPA, no me fascinó, sin embargo, como fan de Glenfiddich, no podía quedarme con las ganas.

El día que me decidí a comprar una botella, resultó que ¡era la última de la tienda! Y como suele suceder en México con este tipo de expresiones y ediciones, si se acaba, se acabó y nunca más lo encuentras, así que me considero con suerte.

El XX viene embotellado a un muy buen 47% ABV, tiene colorante añadido (lo señala en el empaque) y aparentemente no está filtrado en frío.

Se declara que tiene color añadido

Aún y cuando no declara edad y aparentemente los whiskies que lo componen no son de tanta edad, dejé reposar durante 12 minutos al XX.

Se ve aceitoso, se nota el nivel de alcohol en esto.

Nariz: De entrada es frutal, tipo manzana verde y madera. Después aparecen aromas agridulces, tipo sweet-tarts. Es perfumado y al final aparece una ligera nota a chocolate de leche. Es un aroma sumamente agradable y complejo.

En boca: Dulce, miel, vainilla, chocolate oscuro. Tiene taninos marcados. Después aparece algo de azúcar moreno. Ligeramente especiado.

Final: Dulce, naranjas agrias, dulce de leche. Ligero amargor. Es un final largo.

Vamos a tomarlo con unas gotas de agua fría.

Se nota que no está filtrado en frío, porque se pone ligeramente turbio. En nariz se vuelve mucho más dulce, ahora es más a caramelo, siguen los aromas frutales a manzana, aparecen la naranja y el dulce de leche. Vainilla. Floral. Francamente es delicioso y mejora muchísimo. 

En boca es dulce, dulce, aunque no deja de picar en la lengua. La miel y la vainilla prevalecen. El final se acorta, como suele suceder pero es rico y más suave.

¡Conclusiones!

Este whisky es una delicia, aunque probablemente no sea el mejor Glenfiddich que haya probado hasta ahora, lo recomiendo ampliamente.

Ya sea que te lo tomes solo o con unas gotas de agua va a ser una maravillita. Creo que si le pones hielo le vas a dar en la madre, como diríamos coloquialmente en México y sería “pecado mortal” si se le agrega agua mineral… pero esta es mi opinión muy personal. Ya tu decidirás cómo te lo tomas.



 



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