Balblair 12

 La Intro

Hasta hace unos días me había quedado con las ganas de probar los Balblair con añada. Las expresiones de esta marca siempre me parecieron algo caras y eso me detuvo. 

Craso error. Sigue leyendo para averiguar porqué.


El Whisky

La destilería Balblair se encuentra en las Highlands, algo al norte de Inverness y no muy lejos de GlenMorangie.

Mercadológicamente hablando… y psicológicamente también, entiendo la razón del porqué se le añade colorante a muchísimos whiskies. En muchos casos los hacen más atractivos a la vista y en otros se ven artificiales. 

En el caso del Balblair 12, se aprecia un color bastante pálido, para un whisky con 12 años de maduración.  Realmente no es muy llamativo, pero es natural y probablemente si se lo das a alguien sin decirle qué es, puede decantarse por dos caminos: O que es un whisky bara-bara, como Cutty Sark o J&B o que bien es uno de Islay.

Evidentemente la nariz de inmediato te va a decir que no es ninguno de los anteriores.

Este 12 años se añeja en una mezcla de barricas de ex-bourbon y barricas de roble americano “doblemente tostadas”. La presentación es de 700 ml y está embotellado a 46% ABV, sin colorante añadido y sin filtrado en frío.

Viene en una caja de cartón bastante bonita, de buena calidad y que ya te da la idea de un producto premium.

La Cata

En esta ocasión utilicé la Superleggero (así se llama el modelo de copa) y dejé reposar durante unos 12 minutos.

Vista: Color paja pálido. Viscosidad media.

Nariz: Frutal, madera virgen, cereal. Después aparecen notas definidas a piña y vino blanco. Tiene una nota semejante a polvo. También encuentro notas cítricas, las típicas a vainilla, dulce envinado, algo de miel. Algo de aguardiente de fruta. Unas ligerísimas notas a humedad y cuero.

Boca: Dulce, fruta y miel. Especias y cítricos. Ligera nota a madera tostada.

Final: Medio, algo amargo y ligeramente astringente. Cítricos después de un rato.

Siento que hay que “domarlo” un poco, sobre todo por lo especiado y porque pudiera parecer fuerte para el contenido alcohólico (ojo, no es alcoholizado), por lo que considero que unas cuantas gotas de agua no son suficientes, así que le agregué un chorrito.

Nariz: Piña, tierra seca, vainilla y naranja con algo de limón. Miel y dulce de leche.

Boca: Se mantienen las notas frutales, miel, vainilla y se reduce un poco la nota especiada.

Final: Medio, se acentúa la astringencia y tiene una rica mezcla dulzor-amargor. Sigue la nota cítrica.

Las conclusiones

Un whisky interesante, sin duda. No es un whisky fácil de tomar con espíritu crítico, por lo que hay que domarlo, como ya lo mencionaba anteriormente. Cuando encuentras el punto exacto de dilución es cuando se vuelve una delicia. Esto sólo lo vas a encontrar a base de ensayo y error.

Lo que más me gustó es su nariz que es bastante compleja. En boca resulta más sutil y retador. Puede parecer simple, pero estoy seguro que hay mucho más por descubrir que lo que te describo en esta reseña, pero va a costar trabajo por lo sutiles que puden llegar a ser algunas notas.

Realmente me gusta la honestidad de la marca al presentarte un whisky sin filtrado en frío y sin colorante añadido. Es un whisky muy, pero muy claro que pudiera no resultar muy atractivo para algunos, pero al final de cuentas es el color que le impartió la barrica.

En cuanto a precio, puede parecer caro con respecto a otros 12 años, sin embargo, ese 46% de volumen alcohólico lo vale.

Un whisky de entrada a la marca que vale la pena probar antes de aventurarse con otras expresiones.

Recomendable, por supuesto.


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