Origen 35, whiskey oaxaqueño

 La Anécdota


Según yo, ya había reseñado todos los whiskeys oaxaqueños que me compré en mi viaje a ese estado hace poco más de un año, pero ¡no! Ahí perdido entre varias botellas me encontré este Origen 35.

Tal vez cayó en el olvido porque recuerdo que al probarlo las primeras veces no me gustó mucho que digamos, pero la realidad es que nunca lo había tomado con espíritu crítico.

Pero, si ya reseñé a su competencia, es justo que lo reseñe también. Además, recuerdo que no salió así como que muy barato, con un precio superior a los $ 700 MXN la botella, más o menos unos $ 35 USD.



El Whisky

No es fácil encontrar información de esta marca y prácticamente todo lo que encuentras suena a nota de prensa, así que, sin replicar lo poético de las notas de prensa, te comento que es un whiskey elaborado con 100% de maíz nativo azul y en pequeños lotes.

En la página https://amoxcallilicores.com.mx/ comentan que el maíz es malteado por 48 horas, se fermenta durante 6 días, se destila en columnas de 12 platos y se añeja en barricas de roble americano por 18 meses.



Viene presentado en botella de 750 ml y está embotellado a 47% ABV, aparentemente el color es natural.

La cata

En esta ocasión utilicé el vaso Glencairn y dejé reposando el líquido durante 5 minutos.

Color: Oro pálido, muy semejante a los whiskies de Islay. Se aprecia bastante viscoso.

Nariz: Maíz, como se podría esperar de un whiskey 100% elaborado con este grano, pero se trata de maíz fresco, a elote, vaya. Aromas florales, perfumados y un poco de madera nueva. Después aparecen notas a maíz cocinado y un ligero aroma a Play-Doh.

Boca: Dulce, ligeramente especiado, con notas a cera de vela. Tiene notas a cereal de maíz y maíz nixtamalizado. No se sienten los 47% de alcohol.

Final: Corto. Hojas secas, elote fresco, agridulce y un poco astringente. Muy al final aparece una nota amarga.

Con un chorrito de agua:

Nariz: La nota a Play-Doh se potencia y aparecen aromas a goma de mascar de fruta. La nota floral se vuelve más sutil, más fina. Aparecen ligeras notas a frutas tropicales cocinadas.

Boca: Es más dulce, el sabor es semejante al jarabe de agave y se vuelve mucho más agradable, continúan las notas de cera de vela, la nota especiada se siente hacia el final.

Final: Curiosamente es más largo y dulce. Maíz perfumado y después de un rato aparece una rica nota a tierra mojada.

Conclusiones

Este es un whiskey que se aprecia más tomado con espíritu crítico, que es cuando descubres las diferentes notas que tiene y, aunque no es muy complejo, tiene cosas interesantes. Si lo tomas de manera casual, estoy casi seguro que no te gustará.

En varias ocasiones le he agregado hielo y es una combinación que no funciona, al menos para mí. Lo más agradable tomarlo con un chorrito de agua fría. 

Estoy convencido que los whiskeys oaxaqueños son una categoría aparte, incluso dentro de los whiskeys mexicanos. La tierra y el agua de Oaxaca aportan algo especial a los destilados.

Ahora bien, comparando peras con peras, me sigo quedando con otros oaxaqueños como el Prieto y Prieta y el Sierra Norte de Maíz morado.


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